LA ACTITUD


La queja no constructiva nos aleja del buen humor, las actitudes positivas nos acercan. La ACTITUD es la que marca gran parte de nuestros resultados en la vida, y la carga positiva o negativa de nuestras vivencias. Habría que reflexionar sobre ella, observar con qué actitud me levanto, con qué actitud afronto los problemas y las adversidades del día a día, qué actitud tengo cuando me expreso, con qué actitud discuto, con qué actitud me relaciono y me acerco a los demás (los que me gustan y los que me disgustan), con qué actitud me posiciono en mis opiniones, mi estilo de vida, mis deseos, etc.

Podemos modelar nuestra actitud hacia la consecución de resultados positivos en nuestras vidas, buenos para nosotros y buenos para los demás. Esto podríamos resumirlo con una fórmula:

S + Rp = Rs

Donde [S] es el SUCESO:
Aquellos acontecimientos que ocurren a mi alrededor y que influyen en mi vida pero que no dependen de mí. Por ejemplo: me levanto y [está lloviendo] o [reluce el sol].

Donde [Rp] es la RESPUESTA:
Aquellas respuestas que tenemos frente a los sucesos o acontecimientos, que sí dependen de nosotros.
- Ejemplo respuesta negativa: me levanto, está lloviendo y [me quejo, me lamento, refunfuño, me resisto] porque tengo que cambiar mis planes, porque se estropearán mis zapatos, se ensuciará el portal.
- Ejemplo respuesta positiva: me levanto, está lloviendo y [me alegro, me entusiasmo, me adapto bien a la circunstancia] porque me gusta el olor a humedad y la tranquilidad que queda tras la lluvia, porque se regarán mis plantas y se limpiarán las calles, porque me relaja caminar bajo el paraguas y la lluvia.

Donde [Rs] es el RESULTADO:
La vida es un conjunto de resultados vividos, una sucesión de resultados positivos o negativos que dependen más de nuestras respuestas que de los sucesos. Por eso un mismo acontecimiento puede ser muy distinto para dos personas.

Ante cada situación, suceso o acontecimiento tenemos siempre una respuesta. Puede ser un pensamiento, una emoción, una acción, una interpretación, etc., a través de lo que pensamos, sentimos, hacemos o no hacemos, decimos y expresamos.

Las respuestas negativas generan resultados negativos que cuando se repite con continuidad nos llevan al mal humor, el mal humor refuerza la respuesta negativa futura, potenciando más este tipo de humor. Por el contrario, las respuestas positivas nos acercan a vivencias positivas, reforzando la confianza, la satisfacción y el bienestar, que a su vez contribuyen a generar y mantener un estado de humor positivo.

La actitud moldea las respuestas. Podemos empezar tomando conciencia de cómo son nuestras respuestas, después responsabilizándonos de ellas, cambiándolas en la medida de lo posible, rectificando y redirigiendo su rumbo.

Autora: María H. Bascuñana

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