EL CAMBIO


Cómo producir cambios sin quejas:

No debemos confundir la crítica constructiva, o la acción de argumentar con la razón el motivo de nuestro descontento, con la queja. La queja suele tener un fin manipulador, desde nuestra "zona cómoda" esperamos que los cambios se produzcan desde fuera sin arriesgarnos. La queja por sí sola no conlleva acción, y con ella la responsabilidad del cambio no la asume el sujeto.

Cuando manifestamos nuestro motivo de descontento con asertividad, ofrecemos alternativas o soluciones, arriesgamos y nos movemos para actuar, nos responsabilizamos de cada paso dado, avanzamos hacia el cambio sin necesidad de recurrir a la queja. Esto requiere de un alto nivel de confianza, que es la base del pensamiento positivo.

Cuando eliminamos el hábito de la queja nos damos cuenta que para lograr cambios debemos siempre de actuar, ser creativos y constructivos, y ser asertivos en la comunicación.


Autora: María H. Bascuñana

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